Nada
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. – Romanos 8:38-39
Dios no nos separa de su amor. Esto está demostrado en el hecho de que El decidió enviar a Su hijo por nosotros a pesar de nuestra situación pecaminosa (Romanos 5:8). Solo nosotros mismos podemos separarnos de Su amor.
Entre la lista de las situaciones incluidas en la carta de Pablo a los Romanos hay una que me llama la atención: la vida. A primera vista no parecería que la vida pudiera ser una causa para separarnos del amor de Dios. Lo cierto es que algunos estilos de vida y la forma como usamos nuestro tiempo pueden llegar al punto de sofocar nuestra relación con Dios, y esto puede tener el efecto de a la larga separarnos del amor de Dios.
Si has experimentado el amor de Dios sabes que Su amor es lo más valioso que podemos alcanzar, por lo tanto no permitas que nada te separe de ese amor. Guárdate que nada se interponga entre ti y el amor de Dios.
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