Estar o no estar – parte 2
En la parte 1 de esta enseñanza hablamos de las veces que perdemos alguna experiencia aun habiendo estando presentes en el lugar del acontecimiento, y de como esto tambien sucede en nuestras vidas espirituales. Comenzaremos esta segunda parte viendo algunos casos de personajes bíblicos que si supieron aprovechar los momentos que pasaron con Jesús.
La mujer del flujo de sangre
Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que con él estaban: Maestro, la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado? Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí. Entonces, cuando la mujer vio que no había quedado oculta, vino temblando, y postrándose a sus pies, le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vé en paz. – Lc 8:43-48
Solo una mujer de entre toda la multitud pudo recibir algo. Esto fue así porque esta se acercó a Jesús con expectativas de recibir de Su poder. Ella miró su necesidad y sabía que solo Jesús la podía suplir. No podia darse el lujo de perder la oportunidad, asi que hizo lo necesario para acercarse a Jesús y pudo aprovechar el momento.
Saulo
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. – Hc 9:3-6
La experiencia de Saulo es una mucho más impresionante. Este, aunque iba con unas expectativas totalmente diferentes, al experimentar la presencia del Señor decidió aprovechar al máximo el acontecimiento. En ese momento no hubo análisis; solo hubo disponibilidad. Su vida posterior, ya no como Saulo, sino como Pablo demuestra el significado de lo que fue para este hombre tal experiencia. El no se quedó diciendo: «WOW, ¡Que Experiencia tan hermosa!» Tampoco se quedo diciendo: ¡Eso fue tan bueno, que quiero que caerme todos los días! Pablo decidió moverse a otra etapa y no quedarse en los acontecimientos pasados.
Tenemos que tener nuestros ojos espirituales abiertos para poder ver los acontecimientos que Dios pone a nuestro alcance a diario. No como los que estuvieron en el lugar sin lograr experimentar, sino como los que supieron aprovechar cada instante con Jesús
¿Que hay que hacer?
- No solo se trata de estar mucho tiempo junto a Jesús o haber visto grandes cosas, como en el caso de los apóstoles
- No solo se trata de solo caminar a Su lado como los discípulos de Emaús
- No solo se trata de estar en el lugar y en el momento indicado como los acompañantes de Saulo
- No solo se trata de estar tan cerca de El hasta llegar al punto de apretarle
- No solo se trata de conocer todas las promesas acerca de El como los religiosos de su tiempo
Se trata de tener el deseo desesperado de lograr su bendición a cuenta de lo que sea.
Depende de Nosotros. Basta ya el estar cerca sin recibir o experimentar nada. No mas estar sin estar.
Decide aprovechar cada momento junto a Jesús y vivir a plenitud cada experiencia que El te ofrece. Escoge estar.
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