Devolución
Luego del día de Navidad hay un departamento que se convierte en el mas ocupado en las tiendas: el departamento de devoluciones. Devolver un regalo puede sonar ingrato, pero creo que está bien devolver algo que no necesitas, no te sirve, o que no te gustó. Después de todo, se asume que la intención del que te dio el regalo es hacerte feliz. Claro está, hay excepciones, pues no devolverías un regalo de gran valor, eso es, si puedes apreciar el valor de tu regalo.
Todos hemos recibido un regalo de gran valor: vida eterna en Jesús. Este es el mejor regalo que jamás recibiremos. Debido a nuestra condición pecaminosa (nadie está exento), no hay manera de que podamos recobrar el acceso a Dios en nuestros propios méritos. Pero Dios en su amor, decidió darnos este precioso regalo, relevándonos de su pago (muerte), y concediéndonos mediante la fe en su hijo, quien pago el precio por nosotros.
Este regalo no se puede devolver (¿Quién querrá devolverlo?). Sin embargo, algunos lo han rechazado.
Un regalo que nadie rechaza es el ultimo modelo de x o y aparato tecnológico. Lo queremos aunque ya tengamos una versión anterior en perfectas condiciones. ¿Por qué? Porque pensamos que poseer cosas nos hace felices, aun cuando sabemos que la satisfacción no es duradera.
Deberíamos dejar de engañarnos y aceptar la realidad de que el único regalo que nos puede hacer felices nos fue dado ya.
Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. – Romanos 6:23
Se agradecido de los regalos que has recibido. Pero, sobre todo, se agradecido del regalo de salvación en Jesucristo. Aprende a apreciarlo y tu búsqueda de la felicidad habrá llegado a su fin.
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