Un dios a la medida
Cada día vemos cómo son más comunes los comportamientos que antes eran considerados pecaminosos y/o vergonzosos, pero que ahora se practican sin ningún decoro. Peor aún, muchos de los que practican tales cosas se consideran a sí mismos religiosos y entienden que tienen el apoyo de su dios en su comportamiento. Estos piensan que un dios que no acepte su comportamiento no puede ser un dios real, pues un dios que es amor no les diría a ellos que le que hacen está mal. Así que estos definen para sí mismos a un dios permisible. En otras palabras ellos crean un dios a la medida.
Algo similar ocurre en la relación entre padres e hijos. Hay unos momentos en que los hijos perciben que cada cosa que hacen o dicen sus padres está mal (los consejos, los limites, las reglas, etc.). Si los hijos pudieran cambiarían a sus padres para que fueran conforme a su gusto, pues piensan “¿cómo es posible que haya padres que digan que nos aman y no nos permitan hacer lo que queremos?” Imaginemos unos padres que no tienen ninguna regla para sus hijos: estos pueden comer lo que quieran, llegar a la hora que quieran, usar el lenguaje que quieran, tratar a los demás como quieran, tener las cosas que quieran, no tienen que tener ningún respeto por los demás, no tienen que estudiar, no tienen que ser organizados, etc. Si esto fuera posible sería un caos total y el resultado de la crianza de estos hijos con mucha posibilidad resultaría en adultos delincuentes. Lo que les parece a los hijos como demasiado control es absolutamente necesario para su formación como personas en el futuro. Los padres que estos desearían cambiar son los mismos a los que en un futuro les darán las gracias por haberles formado correctamente. Afortunadamente durante este proceso de confusión para los hijos, los padres no renuncian a su responsabilidad pues saben que sus hijos aun no entienden la importancia del proceso de formación.
Al igual que llega el momento en que los hijos se dan cuenta de la sabiduría del consejo de sus padres y de la importancia de los límites impuestos, llegará el momento en tu vida en que miraras atrás el resultado de seguir a tu dios. Si este era un dios a la medida puede ser que te enteres cuando ya sea muy tarde.
De la manera que los padres se preocupan por el futuro de sus hijos, así también Dios se preocupa por nosotros. El sabe que somos como hijos jóvenes que no comprendemos lo que El quiere hacer con nosotros. Por eso como padre responsable y protector El no se rinde con nosotros y sigue firme en sus consejos, reglas y limitaciones, porque El sabe que aunque a nosotros no nos gusten o no las entendamos son necesarias para nuestra formación espiritual. Si no lo hiciera estaría en juego nuestra vida eterna.
Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. – Hebreos 12:6
¿Cómo sabemos que este Dios que nos da consejos e impone sus decretos es el Dios verdadero? No hay otra forma de saberlo sino por experiencia propia. Y no, no hay que morirse para poder experimentar a Dios. Si, el proceso comienza por fe (en Jesús – Juan 3:16), pero le experimentaremos en la medida en que nos acerquemos más a El (por la oración y la lectura de su palabra). No, no es fácil ver en la biblia que algo que te gusta hacer aparece en una lista de cosas que desagradan a Dios. Pero quiero decirte que cuando tengas la primera experiencia de Su poder obrando en tu vida en momentos de dificultad, o Su clara e inequívoca dirección en momentos de decisión, o Su poder sanador en momentos de enfermedad, será el momento en que comprenderás Su amor por ti y que El es el Dios verdadero, y que todo lo que El pide de ti es para tu bien.
Dios no siempre me da la respuesta que yo esperaba a mis oraciones. Aun a veces me permite pasar por situaciones difíciles. A veces no recibo el milagro que esperaba. Pero si algo se es que mi Dios es real y puedo sentir su inequívoca presencia en mi vida. Esa es mi experiencia y nadie me la puede quitar. Esa también puede ser tu experiencia.
Echa a un lado el engaño de un dios a la medida. Por más que te esfuerces no lograras hacer que ese dios se haga una realidad en tu vida. Date una oportunidad y permite que el Dios verdadero se haga una realidad en tu vida.
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