¿Quien tiene el control?
El control remoto del televisor es sólo un objeto pequeño, pero parece ser una de los equipos más importantes del hogar. Es la razón de batallas diarias: el que lo obtenga primero tiene el poder de decidir qué canal ver. Si usted no entiende lo que quiero decir simplemente pregúntele a un niño (o a un hombre dispuesto a ver su evento deportivo favorito).
Hay una batalla diaria mucho más importante: la batalla por el control de nuestras vidas. Esta batalla es para definir quien tiene el control de nuestras vidas: la carne o el Espíritu de Dios.
Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. – Romanos 8:8-9
Lo bueno de esta batalla es que nosotros decidimos quién tiene el control sobre nuestras vidas. Nuestra decisión no está exenta de consecuencias. Si dejamos que la naturaleza pecaminosa nos controle esto significa desagradar a Dios.
La mentalidad pecaminosa es muerte – Romanos 8:6a
Nosotros pecamos todos los días, pero si nos arrepentimos y confesamos obtenemos perdón por medio de Jesús. Pero vivir una vida controlada por la naturaleza pecaminosa significa que no hay arrepentimiento, y por lo tanto no hay perdón. Sabemos que la consecuencia del pecado es muerte, pero de alguna manera se nos hace difícil huir de ella. Nuestra única opción es dar al control de nuestras vidas al Espíritu de Dios.
pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán – Romanos 8:13b
mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz – Romanos 8:6b
Por medio del Espíritu de Dios recibimos poder para vencer la naturaleza pecaminosa, huir de la muerte, y recibir la vida. Y no sólo eso, sino que los controlados por el Espíritu de Dios son los considerados los hijos de Dios.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios – Romanos 8:14
La vida corta, y tarde o temprano todos tendremos que hacer frente a la muerte. A través de Jesús se nos ha ofrecido no sólo vida abundante, pero la vida eterna. No sé ustedes, pero mi meta es la vida eterna. ¿Tengo luchas con la naturaleza pecaminosa? Sí, pero cada dia me esfuerzo en tomar la decisión de pedirle a el Espíritu de Dios que tome el control sobre mi vida.
¿Quién tiene el control sobre su vida? Los invito a que se lo entregue a el Espíritu de Dios.
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