Cuando sabes quien eres…
A veces las personas se abstienen de hacer ciertas cosas simplemente por lo que otras personas puedan pensar o decir.
Mi hija recientemente me «permitió» dormir con su peluche favorito (por suerte no hay fotos de esto). Pero también ha hecho cosas que conllevan exposición pública como pintarme la uña del dedo meñique o colocar una etiqueta adhesiva de una cara feliz en mi camisa. No me siento avergonzado porque amo a mi hija, y en segundo lugar, yo sé quién soy, y esto no va a cambiar por las opiniones de la gente.
sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. – Juan 13:3-5
Lavar los pies era un trabajo realizado por el más bajo de los esclavos. Sin embargo, Jesús, siendo Dios y el creador del universo, no le importó lavar los pies de sus discípulos. Él no tenía problemas con servirle a las personas. De hecho Juan 13:3-5 nos muestra que, porque Jesús sabía quién era (poderoso, y proveniente de Dios) y a donde iba decidió dar a sus discípulos un ejemplo al lavarles los pies.
Según el orden de este mundo las personas con poder son servidas, pero el ministerio de Jesús tenía un propósito: servir (al igual que el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate de muchos Mateo 20:28).
Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. – Juan 13:13-17
Jesús no se avergüenza de servir, primero porque nos ama, y segundo, porque él sabe quién es.
Los que hemos creído en él deberíamos seguir el ejemplo de Jesús sirviendo a los demás como el lo hizo. Y hagamos esto sabiendo quienes somos y hacia dónde vamos.
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