Haciendo la voluntad de Nuestro Señor
Se nos hace más fácil recibir el rol de Jesús como Salvador en comparación a su rol como Señor. Después de todo ¿a quién no le gusta recibir más que dar? Aunque ambos roles son fundamentales para nosotros, el énfasis bíblico parece estar inclinado a resaltar su posición como Señor. Por ejemplo, la palabra ‘Señor’ aparece sobre 640 veces en el Nuevo Testamento, mientras que la palabra ‘salvador’ aparece solo unas 24 veces. La palabra de Dios es clara en presentar a Jesús como nuestro Salvador, pero el énfasis presentado en su rol como Señor nos debe dar una idea de lo importante que es someternos su señorío.
Entregarnos por completo a la voluntad de otra persona no es una idea fácil de acoger. Pero cuando consideramos que nuestro Señor entregó su vida para darnos la oportunidad de salvación podemos estar seguros que someternos a Su señorío, aunque no nos guste, resultará en nuestro bienestar.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. – Efesios 4:22-24
¿Qué significa someterse al señorío de Jesús? Es vivir de acuerdo a sus enseñanzas. Negarse a sí mismo, poner la otra mejilla, perdonar, servir a otros, amar al prójimo, compartir lo que tenemos con los necesitados y cambiar nuestro estilo de vida. Estas son algunas de las características que se espera se reflejen en nosotros como resultado de nuestra relación con Jesús. Nada de esto es fácil, pero escoger lo contrario implica rechazar la salvación.
La vida que vivíamos nos llevaba a un camino de perdición. Gracias a Dios que Jesús nos encontró en la encrucijada del camino para dirigirnos en la dirección correcta.
Si algo hemos aprendido de vivir a nuestra manera es que seguir los deseos de nuestra propia voluntad solo nos aleja de Dios. Ya es hora de dejar de repetir nuestras fallidas estrategias y comenzar a abandonarnos a la voluntad de aquel que nos guiará a la vida eterna.
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