¿Qué pasó con el amor?
Unos días atrás celebramos el día de San Valentín junto con todas las manifestaciones de amor que le caracterizan. Pero, ¿Qué pasa con el amor luego de este día? Es bueno tener un día para celebrar el amor, pero el hecho de que haya un día dedicado a esta celebración me hace preguntarme por qué este día tiene que ser diferente a otros. ¿No deberíamos celebrar el amor cada día?
Las expresiones de amor no deben limitarse a un día en específico; amar debería ser un asunto de todos los días. Desafortunadamente esta situación la vemos en nuestras relaciones con otras personas así como en nuestra relación con Dios.
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor – Apocalipsis 2:4
Jesús se quejó con la iglesia de Éfeso de que ya no le amaban de la misma manera. Jesús reconoció que esta era una iglesia trabajadora, fiel, paciente y sufrida (v.2-3). Pero a pesar de todas estas cualidades, la escasez de su primer amor (el amor que los unió a Cristo) era razón suficiente para que Su presencia (el candelero) fuera quitada de en medio de la iglesia.
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. – Apocalipsis 2:5
Definitivamente Jesús ve una relación entre el amor y las obras (has dejado tu primer amor…haz las primeras obras). Pero si esta iglesia seguía haciendo obras, ¿Dónde está la diferencia? El problema no es la falta de obras, más bien el problema está en la fuente de la cual surgen las obras: el amor que los dirigió a realizar sus primeras obras, en contraste con obras que probablemente surgen de un compromiso de cumplir con la misión pero carecen de la fuente del primer amor.
Los ajetreos diarios fácilmente pueden llevarnos a trabajar para Jesús sin necesariamente sacar tiempo para relacionarnos con él. No podemos vivir nuestra vida cristiana sin una relación diaria con nuestro Señor. Esto nos puede llevar a ser acusados de haber abandonado nuestro primer amor; una condición que requiere arrepentimiento.
Hay un dicho que dice que recordar es vivir. ¡Ayúdanos Señor a vivir nuestras vidas recordando y disfrutando cada día el primer amor que nos unió a nuestro salvador!
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