Testigos o jueces?
En el estudio anterior hablamos acerca de los requisitos básicos que son necesarios para poder ser testigos eficientes de Jesús. Un aspecto importante a considerar si queremos ser testigos eficientes es asegurarnos de seguir el ejemplo de nuestro Señor. En primer lugar tenemos que seguir el modelo del mensaje que Jesús predicó:
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. – Mateo 4:17
En segundo lugar debemos proclamar el mensaje siguiendo el ejemplo de como Jesús lo predicó:
Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento – Lucas 5:30-32
Estos puntos parecen sumamente básicos, pero desafortunadamente tendemos a pasarlos por alto. A menudo complicamos el mensaje con “adornos” o explicaciones que van más allá del propósito del mensaje (solo se puede discipular al que ya ha aceptado el mensaje del arrepentimiento). No podemos olvidar que nosotros no podemos cambiar el corazón de los no creyentes; ese es el trabajo del Espíritu Santo. Nuestra función no es declarar sentencias de muerte sino llevar las buenas nuevas de salvación. Es cierto que Jesús también tuvo un mensaje fuerte, pero este fue dirigido a los religiosos de su tiempo cuya espiritualidad era solo apariencia e hipocresía.
Otro error que cometemos es que en lugar de ser testigos tomamos el lugar de jueces y condenamos a la gente antes de darle la oportunidad para que realmente puedan conocer acerca del amor de Jesucristo. La biblia nos llama a apartarnos de los que están en conducta pecaminosa activa, pero no se refiere a los no creyentes, sino a los que han conocido y se dicen ser creyentes.
Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. – 1 Corintios 5:9-11
Jesús predicó el arrepentimiento, pero a la misma vez tuvo un toque personal con aquellos a quienes llamaba el arrepentimiento (por esto fue llamado amigo de pecadores – Lucas 7:34). ¿Cómo vamos a alcanzar a los perdidos si no compartimos con ellos?
Tenemos una gran responsabilidad como testigos de Cristo. Procuremos llevarla a cabo siguiendo el modelo bíblico para que en todo Cristo sea glorificado.
Comentarios
Testigos o jueces? — No hay comentarios
HTML tags allowed in your comment: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>